¿Es el Arte un Don o una Habilidad? Desentrañando la “Techné” de Aristóteles

 

¿Nacemos con la capacidad de crear arte o la aprendemos? Esta pregunta ha atormentado a artistas y filósofos durante siglos, y en su obra Poética, Aristóteles nos ofrece una respuesta que continúa vigente en el mundo del arte.

Aristóteles
Busto de Aristóteles en el Museo Nacional Romano, Palazzo Altemps


Aristóteles, el genio griego que sentó las bases de la lógica y la filosofía occidental, nos invita a mirar más allá de la simple imitación de la realidad para comprender la naturaleza del arte. Para él, el arte no es un mero reflejo del mundo, sino una creación que surge de la mente y la mano del artista, un producto de la techné, que en griego significa saber hacer, habilidad o destreza.

Para Aristóteles, el arte no es un don innato, sino una capacidad que se desarrolla a través del aprendizaje, la práctica y la comprensión profunda del mundo. El artista, a través de su techné, domina un conjunto de conocimientos, habilidades y técnicas que le permiten transformar la materia prima en algo nuevo y significativo.

Esta transformación no se limita a la mera reproducción de lo que existe, sino que implica una profunda comprensión de las leyes que rigen la naturaleza y la capacidad de usar esa comprensión para crear algo que trascienda la realidad.

De la misma manera, un poeta no se limita a describir lo que ve, sino que debe dominar el lenguaje, la métrica, la rima y las figuras literarias para crear versos que cautiven, inspiren o conmuevan. El arte, según Aristóteles, es un proceso de creación que requiere conocimiento, habilidad y práctica, un camino que se recorre a través del aprendizaje y la experiencia.

En otras palabras, la techné no solo implica una destreza manual, sino también una comprensión intelectual del mundo, a través de la cual el artista traduce su conocimiento y visión del mundo en una obra de arte que enriquece la experiencia humana

Más allá de la Mimesis: El Arte como "Saber Hacer".

Aristóteles, en su búsqueda por desentrañar la esencia del arte, rechaza la idea simplista de que el arte se limita a copiar la realidad. Para él, la simple imitación, o mimesis, no es suficiente para definir la creación artística. El arte, según su visión, es una actividad consciente y deliberada, una techné que implica un proceso mucho más complejo: dominar un conjunto de conocimientos, habilidades y técnicas que van más allá de la simple reproducción del mundo. Es el saber hacer que permite al artista crear algo nuevo y significativo, algo que trascienda la simple representación de lo existente.

Un pintor, por ejemplo, no se limita a reproducir lo que ve en un lienzo; debe comprender los principios de la composición, la perspectiva, el color y la luz para crear una obra que inspire emoción, reflexión o belleza. La composición, la disposición de los elementos en el espacio, no es algo arbitrario, sino que se basa en un profundo conocimiento de las leyes de la armonía visual.

La perspectiva, la capacidad de crear la ilusión de profundidad en un plano bidimensional, requiere un conocimiento de la geometría y la óptica. El color, la luz y la sombra, no son elementos aleatorios, sino que se utilizan con intención para crear atmósferas, generar contrastes y transmitir emociones.

Es el saber hacer, la techné, lo que permite al artista crear algo nuevo y significativo, algo que trascienda la simple representación de lo existente. El arte, según Aristóteles, no se limita a reflejar la realidad, sino que la transforma, la interpreta, la reinterpreta y la enriquece. El artista no es un simple copista, sino un creador que dota de significado a la materia prima, ya sea un lienzo, una piedra o una palabra.

La Techné aristotélica de Leonardo Da Vinci.

Un ejemplo perfecto del artista que encarna la filosofía de Aristóteles en su obra es Leonardo da Vinci, quien es considerado uno de los genios más grandes de la historia. No solo era un artista extraordinario, sino también un científico, ingeniero, anatomista, inventor y filósofo.

Su obra refleja la profunda comprensión del mundo que lo rodeaba, su dominio de las técnicas y su capacidad de integrar la ciencia y el arte en una sola visión.

Claro ejemplo es el famoso dibujo El Hombre de Vitruvio, realizado por Leonardo da Vinci alrededor del año 1490. En él representa un hombre desnudo en dos posiciones superpuestas, con los brazos y las piernas extendidos, inscrito en un círculo y un cuadrado. El dibujo se basa en los estudios del arquitecto romano Vitruvio, quien en su obra De Architectura escribió sobre las proporciones ideales del cuerpo humano. Vitruvio creía que las proporciones del cuerpo humano estaban relacionadas con las medidas geométricas perfectas, como el círculo y el cuadrado.

El significado del Hombre de Vitruvio.

El Hombre de Vitruvio es considerado un símbolo de las proporciones ideales del cuerpo humano y de la armonía entre el hombre y la naturaleza. Leonardo da Vinci, inspirado por los escritos de Vitruvio, intentó plasmar estas proporciones perfectas en un dibujo que representara la belleza y la perfección del cuerpo humano.

El dibujo se ha convertido en una imagen icónica del Renacimiento y se ha utilizado en numerosos contextos, desde la arquitectura hasta la medicina. Es una representación clásica del hombre como medida del universo y un testimonio de la búsqueda de la perfección por parte del hombre.

La "Techné" como Puente entre Naturaleza y Cultura.

El concepto de techné de Aristóteles nos invita a ver el arte como un puente entre la naturaleza y la cultura. El artista, a través de su habilidad y conocimiento, transforma los elementos de la naturaleza (materiales, formas, colores) en algo nuevo y significativo, creando un objeto o una experiencia que enriquece la vida humana.

Es por esto que la creación artística no se limita a un don natural, sino que requiere esfuerzo, dedicación y aprendizaje. La techné es un camino que se recorre a través de la práctica, la experimentación y la búsqueda constante de la perfección.

¿Arte para Todos? La Democratización del "Saber Hacer".

Si el arte es una techné, una habilidad que se adquiere a través del aprendizaje y la práctica, ¿esto significa que el arte es accesible para todos? Aristóteles no descarta la idea de que la habilidad para crear arte se pueda desarrollar en cualquier persona que esté dispuesta a dedicarse a la tarea.

De hecho, la democratización del conocimiento y la proliferación de herramientas y recursos para la creación artística en la actualidad hacen que el arte sea más accesible que nunca.

Cualquier persona, con la pasión y la disposición, puede aprender a crear, a experimentar y a expresar su visión artística del mundo.

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